Respirando interrogantes...
"Porque Perls era un viejo sabio que ya lo decía muy bien :
'... Cuando nos encontramos es maravilloso, pero cuando no nos encontramos no hay nada que hacer'..."
Brindemos por el desencuentro...
"Porque Perls era un viejo sabio que ya lo decía muy bien :
'... Cuando nos encontramos es maravilloso, pero cuando no nos encontramos no hay nada que hacer'..."
Brindemos por el desencuentro...
Lo dice Just... Creep a eso de las 7:50 p.m. |
Sólo cuatro palabras para definirla...
La vi a Teté
Lo dice Just... Creep a eso de las 6:28 p.m. |
"Dame un minuto, termino de vestirme y te invito con un café..."
Lo dice Just... Creep a eso de las 4:25 p.m. |
Y encima... lo colgaron online...
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¡Críticas! eso necesito... muchas... de las peores...
Lo dice Just... Creep a eso de las 3:29 p.m. |
"Las lágrimas quiero guardarlas para mi juicio final..."
Lo dice Just... Creep a eso de las 4:46 p.m. |
Día gris... muy gris... todo...
"Si todo el mundo vive haciéndonos la guerra,
yo necesito, amor, que me des tu paz,
necesito arrancar todo lo que me hiera,
necesito amor, necesito más, más libertad...
Necesito arrancar todo lo que me hiera,
necesito amor, necesito más,
necesito arrancar todo lo que me hiera,
necesito amor, necesito más, más libertad...
más libertad... más libertad...
más libertad..."
Lo dice Just... Creep a eso de las 12:36 p.m. |
Rosario tiene lindas minas y buen fútbol. ¿Qué más puede pretender un intelectual?.
Esa es mi respuesta cada vez que me preguntan por qué vivo en Rosario.
Hecho que, por otra parte, no es demasiado curioso. Un millón doscientas mil personas han tomado la misma determinación.
Lo de las mujeres, señores, es destacable. Más de una vez pensé, y hasta lo propuse, que si había que hacer una campaña publicitando Rosario como destino turístico, a falta de mar, picos nevados o juegos de azar, teníamos que hacer hincapié en lo de las mujeres.
Considerando, además, que ya pasó aquel momento brillante de la ciudad, cuando se proclamaba Capital Mundial de la Prostitución y miles de turistas llegaban a la Chicago Argentina en busca del luminoso barrio de Pichincha. Momento que, por lógicas razones cronológicas, no pude vivir, lo que me recuerda aquella frase de Woody Allen: "Yo me perdí la Revolución Sexual por dos meses".
Admito que nunca encontré una frase impactante para mi propuesta publicitaria. La fellinesca"Rosario, la ciudad de las mujeres" suena un tanto obvia y sin gracia. "Rosario, Capital Nacional de la Potra", rotunda y aceptada rápidamente por la vulgaridad de mis amigos, era sin duda burda y bastante peyorativa hacia el género femenino. Buscar algo en torno a "loba", nos hubiera emparentado demasiado con Roma. La idea quedó en la nada.
Este impulso mío de resaltar la belleza de las mujeres locales se contrapone, paradójicamente, con una inquietante y reveladora teoría que estoy por lanzar en breve mediante mi ensayo Somos todos feos. Sostengo allí, valientemente, que el 90% de los seres humanos nos dividimos, estéticamente, entre normales, feos y horribles. Solo hay, lo lamento, un 10% de bellos, que son aquellos a los que se les paga por su condición de hermosos, aparecen en las tapas de las revistas, desfilan en las pasarelas y brindan sus nombres a perfumes costosos. No se les exige decir frases ingeniosas, pensar o emitir opiniones profundas. Sólo se les reclama que sean lindos.
Cuando se generaliza diciendo "La mujer brasileña es bellísima" o "El hombre argentino es muy buen mozo", se habla, duro es admitirlo, de un 5% de nuestros habitantes. Pero toda teoría tiene su excepción, mis amigos. Y debo aceptar que la mujer rosarina (como la de Cali, Colombia) está muy pero muy buena. Rebuena, dirían los chicos. Y aquí también arriesgo un par de explicaciones a tal fenómeno natural.
Primero: la soja. Esta leguminosa (hoy por hoy alimento estrella a nivel mundial) es la base nutricia de la mujer rosarina, la que la hace más sólida, más maciza, más protuberante y más sabia. Segundo: la pendiente de la ciudad hacia la costa. Desde la época de las lavanderas, nuestras señoras han debido bajar hacia el río, descender hacia el Paraná por calles empinadas como Laprida o Rioja, lo que las obliga a echarse hacia atrás buscando el equilibrio, comprimiendo los glúteos, tensando los músculos del estómago y sacando pecho, para sostener, además, el canasto de ropa sobre sus cabezas. Los resultados están a la vista, mis amigos, aunque no todos al alcance de la mano. Usted no puede darse vuelta a mirar a una señora en la peatonal Córdoba porque se pierde. Se pierde la que viene de frente. La exaltación de las mujeres, asimismo, se entronca en el recurso rosarino de defender la ciudad rescatando el paisaje humano ante la moderada oferta de atractivos geográficos mayores. Seamos realistas, el Paraná boca arriba (como poetizó Pedroni) es enorme, pero no es el mar y alrededor no tenemos ni siquiera mansas serranías, como Córdoba. Entonces, cada vez que el rosarino habla de Rosario, menciona nombres y apellidos: el Che Guevara, Olmedo, Fito Paéz, Baglietto, el Gato Barbieri, etc. etc. etc. Por ahí va la cosa. Más que nada por el lado de la Cultura. Y sobre la cultura rosarina siempre hay una mirada curiosa, desde otras latitudes. " ¿Por qué en Rosario se produce un movimiento cultural tan grande?", suelen preguntarme periodistas porteños, por ejemplo, que llegan a Rosario y no encuentran lugar en los hoteles, copados por un miniturismo atraído por la oferta de teatro y espectáculos musicales, cuando no congresos o simposios. "Porque en Rosario no hay otra cosa para hacer" contesto yo, medio en serio, medio en broma. Lo que no es absolutamente cierto, pero que algún viso de realidad tiene. Las ciudades turísticas no se caracterizan por generar cultura. En Bariloche, digamos, la gente tiene puesta su energía en alquilar esquís, elaborar chocolate, ahumar ciervos y ofrecer perros San Bernardo con los cuales sacarse fotos. En Mar del Plata la energía recaerá en ofrecer barcas para pescar tiburones, organizar un Bikini-Open, fritar cornalitos y vender choclos en Punta Mogotes. Siempre me pregunto "¿Cuántos escritores dio Las Vegas?". Debe darse, además, en ciudades como Rosario, un condimento de contagio. "Si de acá salió Fito -se preguntará algún pibe, como el mío, que toca el bajo- y salió Baglietto y salió Litto Nebbia.¿Por qué no puedo salir yo?". Los proyectos artísticos no suenan, entonces, tan descabellados. Como nadie se asombra en Rosario si un pibe apunta para futbolista profesional. Todos conocemos varios, hijos de amigos, sobrinos o conocidos que ha aparecido en las inferiores de Ñuls, Central o Renato Cessarini. En definitiva, Rosario es como una Buenos Aires más chica, afortunadamente más chica y con muchos menos habitantes. Soy, lo confieso, uno de los tantos rosarinos que anhelan, egoístamente, que no seamos millones. Nadie ha podido explicarme cual es la ventaja de ser muchísimos, dónde radica el beneficio de ser como San Pablo, o ciudad de México, exagerando. Rosario es una ciudad de inmigrantes, marcadamente italiana, más tanguera que folclórica, más comerciante que colonial, que busca un perfil identificatorio a través de lo que hace y produce, Pero claro, nuestra proximidad con Buenos Aires a veces nos mimetiza con ella. Hablamos como los porteños, el tango nombra a San Juan y Boedo antiguo y todo el cielo pero ignora el Monumento a la Bandera, no tenemos un cantito como cordobeses, tucumanos o santiagueños y todo esto, en ocasiones, nos acompleja, nos hace pensar que no somos diferentes ni reconocibles o que nos falta una personalidad clara y avasalladora. En verdad, nunca me desveló ese tema. "El estilo es la insistencia" dijo alguien. Y es ocioso sentarse a esperar un estilo. Poco habría producido yo si, antes de empezar a dibujar, hubiese pretendido definir mi estilo. El estilo aparecerá con el correr del lápiz. A mi juicio la identidad, como el movimiento, se demuestra andando. Con una buena cuota de creatividad. Rosario es una ciudad de creativos, mis amigos. Por algo Belgrano, para crear la bandera, eligió Rosario.
Roberto Fontanarrosa
Lo dice Just... Creep a eso de las 7:19 p.m. |
Llegar a casa proveniente del trabajo a eso de la 1.45, cenar y acostarse a las 2.30...
El sueño que no llega... la radio, a un volumen bien bajito, me avisa cada media hora que sigo perdiendo horas de sueño...
Habrá llegado el sueño profundo a eso de las 4... pero, como noi podía ser de otra manera en una madrugada que mejor no vivirla, a las 7 llega el señor pis diciendo que tiene ganas de salir...
Rapidito, salí que quiero volver a la cama...
Bien, logré dormirme de nuevo...
A las 8.30, el celular sonando, y no mensaje de texto, sino sonido de llamada... Si alguien me llama a esa hora, y al cel, es porque se esatá muriendo, o porque el que se está muriendo soy yo y llaman para decirme las últimas palabras (?).
Atiendo sin mirar quién carajo es... y para mi sorpressa (OK, a esa hora cualquier llamado sería sorpresa) era una mina que hace un par de meses le instalé la PC, y llamaba para comentarme que hace un mes se puso Speedy, que estaba andando bien, pero que luego de la tormenta de ayer dejó de funcionar, y que si yo sabía si era por la tormenta o por algo que había tocado ella... (???)
Le digo que sinceramente no sé nada en ese momento, y me dice si por favor no me puedo fijar si yo tengo conexión (a sabiendas de que yo tengo espidi también...), y que en un ratito me llamaba de nuevo. Salgo de la cama, me pongo la bata de toalla y mientras me miro al espejo me creo Sandro (ahora, hecho mierda, con un pulmón y medio menos, y con una gorda fea al lado -nada-)
Enchufo la PC, me fijo, y sí, tenía conexión... el tema era que si le decía que efectivamente tenía, estoy convencido que querría que esta tarde vaya a su casa...
Cuando llama, le digo que, casualmente, yo tampoco tengo servicio, que fue un tema de la tormenta, y que si sigue así, que llame al 0800 del servicio técnico...
Se cuelga hablándome de que hay posibilidades de trabajar en un pasquín de circulación nula, haciendo notitas breves de cultura y espectáculos, y bla bla bla...
Vuelvo a la cama... logró dormirme de nuevo... ya ni sé qué hora es...
Lo único que sé... es que a las 11 me desperté y no me pude dormir más...
PD. Está bueno una vez cada tanto trabajar desde casa... sólo me falta el vestido floreado y el pajarito...
Lo dice Just... Creep a eso de las 2:00 p.m. |
Si ya eran desagradables las propagandas de Activia y demases, la de las toallitas femeninas diciendo "para evitar las incontinencias", es como demasiado...
Lo dice Just... Creep a eso de las 12:51 a.m. |
Le hice una lavada de cara a todo esto y se perdieron los comentarios anteriores...
en fin...
Lo dice Just... Creep a eso de las 12:49 a.m. |