5.1.05

Un fin de año que nadie merecía

Sebastián Volterri (*)


El año que acaba de concluir se había convertido en el "despegue" de Callejeros, con un show increíble en el estadio de Excursionistas, el 18 de diciembre pasado, con 15.000 personas disfrutando cada momento de esa noche.
Las tres "fiestas" previstas para el 28, 29 y 30 de diciembre correspondían a recorrer musicalmente cada uno de sus tres discos, comenzando por "Sed", editado en forma independiente en 2001 (reeditado en 2004); continuando con "Presión", editado de la misma forma en 2003 (el disco de la consagración de la banda); y culminando el fatídico jueves, con la presentación de los temas de su última placa, "Rocanroles sin destino", editada hace algunos meses.
El lugar previsto para esas reuniones era República de Cromañon, un sitio que trataba de erigirse como un nuevo "clásico" en la movida del rock. Y, debido a una cena impostergable el jueves, asistí la noche anterior.
Llamó la atención que la entrada principal (y única abierta) fuera de sólo dos metros de ancho. Con un "cacheo" a las personas que incluía la quita del calzado (algo no muy común, en este tipo de eventos), pero que, por momentos, hacía "excepciones" y no revisaba mochilas ni riñoneras.
Al entrar, se notaba en demasía la falta de ventilación en el lugar, lo que provocaba algunos desmayos, pero nada que no se haya visto en otros lados. El piso superior era una especie de "balconada" en forma de "U", que bordeaba el boliche ?cuyas escaleras no superaban el metro de ancho?, espacio utilizado básicamente por las personas que prefieren disfrutar del espectáculo en un lugar tranquilo ?lejos del "pogo" y las bengalas? e incluso utilizado por familias enteras. En ese piso se encontraban los baños.
Media hora antes del comienzo del recital, Omar Chabán se despachó con un discurso en el que criticaba a la gente que encendía bengalas, tratándolos de "asesinos que no se dan cuenta de lo que realmente pueden provocar", comentando su "logro" al poder cambiar un ámbito dedicado a la bailanta en un espacio donde se presentan bandas de rock. Aún resuenan sus palabras: "Déjense de joder con las bengalas y cualquier elemento de pirotecnia porque nos quemamos todos. El techo es de goma porque de esa forma se logra una mejor acústica, no transformemos una fiesta en una tragedia".
Quizás sin ganas de hacerle caso y como una especie de "rebeldía adolescente", las bengalas igualmente aparecieron apenas salió la banda al escenario.
(*) Corrector de Edición Nacional